lunes, 14 de octubre de 2013

R.E.D.





Nosotras, que somos hijas de Hécate.

Nosotras, que sabemos del morder del cielo helado en las entrañas
que nos detenemos en las arenas rotas de los cuerpos
como se detienen las estaciones en la tierra, desencadenando el bronce.
Nosotras, que no nos perturban las flores de los sexos
sino para explorar tersuras y placeres
interminables abismos de geometría oscura
saladas y embriagadoras auroras boreales.

Nosotras, que sabemos que los ángeles no son abstemios ni esquivos.
Nosotras, que por línea estelar amamos como endemoniadas
que nos preñamos de la pasión y la belleza
y damos a luz monstruos de encanto enloquecedor.
Nosotras, que nos vestimos de los colores de la muerte −vetusta soberana−
para celebrar la Vida
y que nos adornamos con los esmaltes de la vida
para acariciar la Muerte.

Nosotras, que detestamos el olor de vuestra sombra.
Nosotras, que os odiamos con toda la indiferencia que nos cabe en los colmillos
que os compadecemos a veces el tiempo justo cuando os vemos adorando la basura.
Nosotras, que hemos sido asesinadas por vosotros, raza deforme
aguardando desahuciadas a que las horas abandonen el recodo hueco del minuto
descifrando esos sonidos que no entendemos en vuestra lengua esclava.
Nosotras, por vuestra causa
sangrando como una orgullosa bestia descomunal
respirando un aire de otra parte
delicioso, yugular, intransferible.

Hemos jugado a vuestro juego, pero estamos cansadas.
Y vosotros pensáis que van a importarnos los nombres que nos deis
preocuparnos, a estas alturas
por          vuestros          nombres
especie sumisa, que no sabéis del verdadero filo de las cosas
que no sabéis amar sin amputaros de miedo
os seccionáis vuestra garganta cuando nos arrojáis vuestros cuchillos

Pensáis que podéis quemarnos más alto
más fuerte
y creéis que nos importa
pero sabéis
Nosotras
ya no somos niñas
Nosotras
ya no somos nuevas almas
Y sabéis
Nosotras
sabemos
que cuando invocamos os arrastráis por un segundo más de Danza
sabemos
que cuando reímos suspiráis por lamer la sangre seca en nuestros dientes
Albergamos un jardín, maldita escoria
vosotros tampoco sabéis qué Nombre me enjoyaba las heridas
Pero Nosotras sabemos de vosotros

Por todo lo que amo, miserable y sucia humanidad
voy a demostraros de qué está hecho el palpitar atroz de las galaxias
voy a perforaros los pulmones con el perfume de mi obscena y largamente desflorada libertad

Por eso
os digo

Alabemos
Nosotras, las desterradas
Conjuremos
Nosotras, Reinas Madre con ardiente jauría negra entre las piernas
Regresemos
Nosotras, carne de estigma
vírgenes, prostitutas y hermanas
sempiternas Hijas verdes de esta descastada y tibia Luna babilónica.




2 comentarios:

Sére Targaryen dijo...

WA'HAE

Cuchifritín El Gran Cazador dijo...

Haw! Rostro pálido tiene la lengua viperina pero, o quizá por ello, es bella.